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L Felipe Alarcón, “Presentación de Un virus demasiado humano, de Jean-Luc Nancy”, 16/12/2020

L Felipe Alarcón, “Presentación de Un virus demasiado humano, de Jean-Luc Nancy”, 16/12/2020

“Presentación de Un virus demasiado humano, de Jean-Luc Nancy”, 16/12/2020
L Felipe Alarcón

1. Desde hace ya algún tiempo usted, Jean-Luc Nancy, habla de «mutación». En una entrevista de 2017 con Juan Manuel Garrido, esta es definida como un «cambio profundo, incluso completo». Sin siquiera sospechar lo que iba a pasar el 2020, ya hablaba allí de una tensión entre la indeterminación, lo sin fin y la «actualidad plena de la existencia» pero todavía más importante, de la posibilidad de que la mutación que estamos experimentando llevara aparejada nuevas formas de comportarse o incluso de que esta resultara letal para la humanidad.

El término reaparece en el prefacio de Un virus demasiado humano: «El virus revela por sí mismo un mundo que desde hace largo tiempo ya experimenta el desconcierto de una mutación profunda». ¿En qué está hoy, en su opinión, esta mutación? ¿la llegada del coronavirus la ha acelerado? ¿Ha revelado caracteres esenciales que antes no habíamos podido percibir?

2. En esa misma entrevista se identifica a la democracia como un producto de la «mutación occidental», junto al capitalismo y la técnica. Los tres, si entiendo bien, serían históricamente posibles gracias a la centralidad inédita que adquirió la producción. A lo largo del libro tanto la técnica como el capitalismo parecen estar puestos en duda por el coronavirus. Se dice por ejemplo: «Brutalmente, lo que parecía inimaginable, inalcanzable, un virus lo hizo acaecer: la “máquina”, el “sistema” con tanta frecuencia incriminado, pero nunca desmontado, está casi detenida».

La democracia, sin embargo, aparece como una esperanza, como «el único régimen que puede dar un cuerpo político a ese acto de fe radicalmente laico».
¿Podría hablarnos un poco más sobre esa fe laica que se afirma en el libro?, ¿cuál es su relación con la democracia, una democracia que no sería ya, imagino, la de la producción?

3. En La communauté désœuvrée usted escribía «En cierto sentido, todos los intentos de oposición comunitaria al “comunismo real” están hoy por hoy agotados o abandonados: pero todo sucede como si, más allá de estos intentos, ya ni siquiera se tratara de pensar la comunidad…».[1]

En el capítulo II del libro, casi 30 años después, usted escribe: «¿Acaso estamos en mejores condiciones para pensar esa comunidad?». Ciertamente la comunidad que se interroga en Un virus demasiado humano no es la misma que se interrogaba en 1983, pero quisiera insistir en esa pregunta que queda abierta y que parece recorrer una parte de su obra: «¿Acaso estamos en mejores condiciones para pensar la comunidad?»

[1] « En un sens, toutes les entreprises d’opposition communautaire au « communisme réel » sont désormais épuisées ou abandonnées : mais tout se passe comme si, au-delà de ces entreprises, il n’était même plus question de penser la communauté.

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